El tándem del locutor y del técnico como valor de éxito
De servir copas a los cadetes de la Academia General Militar, incluido el Rey Juan Carlos cuando estuvo en Zaragoza, hasta escuchar las conversaciones de tertulianos de peso en la cultura de la ciudad. Su actitud abierta y curiosa le abrió las puertas a finales de los años sesenta del siglo pasado para suplir una baja de técnico de control y sonido.
Cubrió las mañanas con ilusión y optimismo, deslizando las rancheras en la programación porque era su gran pasión musical. Nacido en Andosilla falleció a finales de 2019 después de más de treinta años al frente de la mesa de control. Fue el mejor durante mucho tiempo en su oficio y simultaneaba su actividad radiofónica con el bar hasta su jubilación. Cuando las nuevas tecnologías cambiaron el paso de la radio se encargó de coordinar los servicios de baja frecuencia.
Conoció a su mujer a través de la ventana, mientras ella cosía en "Modas Victoria" y después fue también su compañera en el bar, que cambió de ser un escenario formidable con mesas y barra, con jaulas de loros tropicales, a un modesto lugar donde sus compañeros tomaban en café, el aperitivo o la merienda.
Su bigote de mariachi, su sombrero mexicano, estuvieron siempre presentes en su vida y colaboró como profesional a la hora de poner en marcha los mejores programas de la antigua Radioi Zaragoza.
Contenido gráfico
Contenido visual
"La voz de mi calle" de Aragón TV entrevista de Juanjo Hernández a Antonio Marín (2019)